REFLEXIONES QUE NO SE OLVIDAN
Una bellísima persona de avanzada edad me dijo en la consulta:
“¿Sabe, doctor?. En esta he sido muy buena con todos menos conmigo misma?”
A partir de ahora voy a ser buena también conmigo misma.
En otra ocasión otra persona me dijo refiriéndose a su hijo: “Es demasiado sensible, y esto resulta bueno para los demás, pero no tan bueno para él mismo”.
Dos reflexiones de las que no se olvidan.