JUSTIFICARSE

Justificarse viene de “hacerse justx”.

Es decir, he hecho una conducta dañina o equivocada pero expongo los condicionantes y las circunstancias por las que no pude evitarlo, así me quito la culpa y vuelvo a ser justx.

Pondré un ejemplo: ¿chillar y dar golpes en la pared en un sitio público es algo bueno? No.

Nunca me olvidaré en mi época de residente cuando a una familia le comunicaron que un familiar joven había tenido un accidente grave. Uno de los progenitores empezó a chillar y a pegar puñetazos a la pered. ¿A alguien le pareció que estaba cometiendo un mal? Si acaso estábamos consternados por el dolor del familiar.

Las circunstancias lo justificaban, le quitaban la culpa y restauraban su justicia.

Así, la justificación es aplicable a las personas. Pero no al mal: no se puede llamar bueno a lo malo. Se justifican las personas, no se da lo malo por bueno.

Por ejemplo no se puede justificar el el asesinato en sí.