BELLA REFLEXION SOBRE DAR Y RECIBIR

En una ocasión en Guatemala una señora me propuso una reflexión:

“El que tiene más autoestima es el que sabe…”

Y le dije muy seguro: “dar

A lo cual me argumentó: “no: es que que sabe recibir”.

Dar es en ocasiones más fácil -siguió la señora-: estás lleno; pero recibir hace ver la parte que te falta, tus carencias, y da más apuro, vergüenza y rechazo.

Y me explicó un ejemplo: si visitas a una persona que te agasaja con bebida, comida… pero el día que va a tu casa siempre te dice “no quiero nada, solo un poco de agua del grifo, no deseo molestar”. Algo esconde. La molestia no es para ti, pues es un gusto dar, es para ella que se incomoda al recibir.

Esto tiene sus causas.

Pues el amor “es tener los brazos abiertos para dar y para recibir” y nos iguala como personas. Recibir no molesta, dignifica a la otra persona, y le da la oportunidad de dar. Molesta más rechazar su ofrecimiento. Igual que a ti no te molestó dar primero.